Nordstream y el desgaste de la guerra en Ucrania.

Cada vez es más evidente el recrudecimiento de la crisis en Europa, no por la guerra en sí sino por las posiciones adoptadas a su respecto. Europa vive en un estado de negación pero el apoyo a la guerra muestra signos de desgaste.

Las sanciones promovidas por Occidente provocaron una crisis económica y energética en Europa, principalmente en Alemania, afectando más a la población europea que a la rusa.

Representantes de la burguesía industrial alemana, en contra de la política nacional, intentaron acercarse al Kremlin para negociar la venta de gas al continente europeo.

Hay toda una élite en Europa que está viendo caer sus ingresos y empieza a exigir los resultados de esta guerra.

El sabotaje de Nordstream viene a bloquear cualquier perspectiva de acercamiento entre Europa y Rusia, tirando a Europa nuevamente a los brazos de los estadounidenses.

Desafortunadamente, para los estadounidenses y los europeos, el pueblo ucraniano y su territorio son solo un peón en este juego, no les importa Ucrania. Esta es una verdad históricamente comprobada.

Esta guerra se trata de la reorganización de los poderes internacionales. El objetivo de EE.UU. es asegurar la dependencia de Europa, dada la creciente fragilidad de su imperio de influencia.

Hay una guerra en marcha y para ser críticos debemos analizar los hechos materiales, solo así entenderemos sus causas. Una guerra no se hace por deseo moral o individual. La guerra necesita apoyo material.

Estar en contra de la guerra es entender la guerra.

source: The Associated Press

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